1. Daño cerebral: La depresión respiratoria causada por el fentanilo puede privar al cerebro de oxígeno, lo que puede resultar en daño cerebral irreversible, discapacidad cognitiva y pérdida de funciones motoras.
2. Daño cardiovascular: El fentanilo puede causar una disminución significativa en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que puede provocar daño en el corazón y en los vasos sanguíneos. Esto aumenta el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades cardiovasculares.
3. Lesión pulmonar: La depresión respiratoria causada por el fentanilo puede dañar los pulmones y provocar enfermedades respiratorias crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el edema pulmonar.
4. Adicción y dependencia: El fentanilo es altamente adictivo y puede causar una dependencia física y psicológica grave. Superar la adicción al fentanilo puede ser extremadamente difícil y, en algunos casos, puede requerir tratamiento médico especializado y apoyo continuo.
5. Daño hepático: El fentanilo puede causar daño hepático, especialmente cuando se consume en combinación con otras sustancias, como el alcohol. El daño hepático puede ser irreversible y puede llevar a enfermedades hepáticas graves, como la cirrosis.
6. Trastornos mentales: El abuso de fentanilo puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y los trastornos psicóticos. Estos trastornos pueden persistir incluso después de que una persona haya dejado de consumir fentanilo.
7. Daño renal: El fentanilo puede causar daño a los riñones, lo que puede resultar en insuficiencia renal crónica o aguda. El daño renal puede ser irreversible y requerir diálisis o trasplante renal.
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